domingo, 19 de diciembre de 2021

Elogio a la mediocridad

 En la esclavitud de los objetivos anida muchas veces la falta de autenticidad o de sentido. En efecto, vivir para algo, muchas veces ajeno a nosotros, se aleja de vivir por sí mismo, del gozo de vivir. Igualmente, la consecución de las metas es un "ser para", y no un ser, que conlleva indefectiblemente insatisfacción. Añádase a esto que los éxitos son tan raros y fugaces que la mayor parte de nuestro día a día se mueve en escalas de grises. En estas tonalidades de gris está nuestra cotidianidad, aquel vivir por vivir de cuando niños y, en definitiva, el territorio donde quedan las cosas más entrañables.



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