domingo, 28 de abril de 2024

Un invitado.

En nuestro curso vital permanecemos durante un tiempo determinado en diferentes contextos de los que formamos parte. Escuela, relaciones, desempeños profesionales, pero también ideas y roles. Crecer implica que el tiempo que pasamos lo empleamos con un sentido. Nuestro éxito y nuestro fracaso, condicionados siempre por mil factores, son una estadía pasajera y nuestro aprecio por nosotros mismos y el amor no han de recaer en valoraciones momentáneas, sino en una constante creciente. Por ello nuestro reconstrucción de las creencias nos debe conducir a nosotros mismos más que a logros.

En todas las fases que pasamos en nuestra vida somos unos invitados. No somos nuestro trabajo, ni nuestro rol social, sino todo lo que amamos y lo que auténticamente llevamos en nosotros. 




viernes, 29 de marzo de 2024

Todo lo que nos quede.

En la reprogramación del subconsciente surge reiteradamente un afán de escrutinio del presente que acaba derivando en una presencia constante de nuestro pasado. Así pues, acabamos hurgando o hallándonos con las heridas y las orientaciones que marcaron lo que somos. Esto, aun siendo necesario, nos sustrae del porvenir y podemos acabar enfocando nuestra vida en lo que fue y no en lo que será. 

Cada día es una oportunidad nueva y el pistoletazo para recorrer un camino frente a nosotros, guiados por la esperanza.



domingo, 11 de febrero de 2024

Un buen comienzo.

El punto inicial de toda búsqueda emocional, espiritual y personal se halla en la capacidad de discernir entre aquello que sentimos, opinamos, vivimos y padecemos y lo real (nosotros mismos y el mundo). Ese es el primer beneficio que obtenemos de la meditación y de la capacidad de ver qué hay en nuestras emociones (insight). Esa es la clave que nos permite despegarnos de la identidad que tenemos merced a nuestras decisiones pasadas, nuestro contexto y hasta nuestra genética.




domingo, 28 de enero de 2024

Nudos gordianos.

Ir trabajando propósitos y/o ir insistiendo en ellos crea una ruta por la que transitamos. A lo largo de ella vamos encontrando creencias que son capitales por cuanto que tocan fundamentos de nuestra personalidad y/o nuestra visión del mundo. Aun consiguiendo reformular la creencia frecuentemente conviene insistir en estos nudos gordianos para conseguir un cambio profundo.



domingo, 31 de diciembre de 2023

Escribir un destino.

Reprogramar el subconsciente precisa de una retroalimentación con la realidad. Habitualmente esto llega procesualmente y por sí mismo, pero otras, por necesidad o por estructuración, necesitan una acción. 

En este sentido la idea de un diario puede ser útil, puesto que nos permite plasmar las creencias de partida y llegada y qué plan tener en un momento determinado para actuar. De esta forma creamos un hábito que consolida esta creencia.




lunes, 25 de diciembre de 2023

Sostenella y no enmendalla

La expresión castellana "sostenella y no enmendalla", o "sostenerla y no enmendarla", hace alusión a una actividad propia de nuestra mente: la disonancia cognitiva. En pocas palabras, se trata de que existen creencias que se conectan a nuestro sentido identitario y, cuando son cuestionadas por la realidad, la amígdala se activa, generando una respuesta defensiva y recalcitrante.

Un interesante experimento en este sentido se llevó a cabo con negacionistas del cambio climático. Una vez expuestos decenas de argumentos y pruebas que refutaban sus creencias, estos eran aún más negacionistas. 

Nuestras creencias van construyendo una visión de la realidad que rechaza todo aquello que, aun esporádicamente, la pone en entredicho y obvia su propia falibilidad. Escucharnos expresar nuestra visión del mundo no es tanto una descripción del mundo como una descripción de nuestro mundo.



domingo, 17 de diciembre de 2023

La casa por el tejado.

Usar las afirmaciones dentro de un método de reconstrucción de creencias necesita, como hemos visto a lo largo del blog, dos piezas básicas: emoción y sentido. La emoción es la base entrañable del lenguaje del subconsciente. El sentido es la parte más trascendente y racional.

Encontrar lo que nos hace daño nos lleva a saber por qué existe, qué busca y de ahí llegamos al lugar del que viene. A partir de ahí llegamos a qué creencia querríamos y qué sentiríamos. Acuñarlo en afirmaciones es el siguiente paso, para llegar a la integración.

A partir de este punto es bueno tener una guía de acción, aunque sea muy somera, y confiar en el paso del tiempo.