domingo, 22 de octubre de 2017

Reformulando nuestras afirmaciones.

Reformular nuestras afirmaciones es un método antiguo para hacernos responsables de nuestra propia vida. Este simple hecho nos coloca frente a un espejo en el que está aquel que puede salvarnos.
Por tanto, cambiar afirmaciones en las que somos el complemento directo o el sujeto paciente por aquellas en las que somos el sujeto, nos va a dar la oportunidad de encontrarnos en una crisis que, como hemos visto a lo largo del blog, nos brinda la oportunidad de crecer.


Por ello, cambiar "Esto me amarga la vida" por "Me amargo la vida por esto", "Estoy nervioso por tal cosa", por "Yo me estoy poniendo nervioso por tal cosa" o "Estas personas me hacen este mal" por "Pienso que estas personas me hacen este mal", nos va a enfrentar con el creador de nuestros sentimientos, nosotros mismos, con toda la complejidad que ello significa y que ha ido e irá desgranándose en el blog.

viernes, 13 de octubre de 2017

La fuerza de voluntad

Existe una tendencia lógica y fundamentada a despreciar la fuerza de voluntad como motor de cambio cuando nos sumergimos en los descubrimientos del poder del subconsciente, los hábitos, las creencias o los últimos hallazgos de la neurociencia cognitiva, pero, como vimos en la entrada dedicada a Viktor Frankl, la volición y la decisión juegan un papel esencial en conducirse a uno mismo y crecer.
Obviamente, ni la fuerza de voluntad lo es todo ni debemos entenderla como un becerro encabritado. Muy al contrario, reprogramarnos es esencial y la voluntad es una herramienta muy importante si se sabe manejar.





Todos, en mayor o en menor medida, hemos victorias gracias a nuestra fuerza de voluntad, sin considerar la creencia o el hábito. Pero ella siempre mejora si tiene un porqué y/o si tiene un cómo. En efecto, cuando echamos mano de la volición para alcanzar un objetivo sin tener una motivación profunda, esa energía se va gastando con excesiva rapidez. Lo mismo ocurre si la empleamos mal, y no de una forma ordenada e inteligente.
Por ello, tener un propósito es esencial para usar la fuerza de voluntad, pero también tener una forma de emplearla. Pongamos el ejemplo de adelgazar. Si lo enfocamos como un propósito más de Año Nuevo no durará demasiado, pero si estamos mentalizados de la importancia de un peso adecuado para nuestra salud y sabemos cómo enfocar día a día, de manera llevadera, ese adelgazamiento, lograremos avanzar.

No obstante, y esto queda patente en el blog, la capacidad de cambiar nuestras creencias es el principal motor de cambio/mejora. Si conjugamos con ello un uso adecuado de la fuerza de voluntad lo lograremos.






viernes, 6 de octubre de 2017

Carol y el agua que fluye

Carol Dweck es una psicóloga y profesora universitaria estadounidense, famosa por plantear que existen dos actitudes o mentalidades (mindsets): el mindset rígido y el de crecimiento. En el primero, la persona se categoriza a sí misma, los otros y el mundo como algo fijo, y vive encerrada en estereotipos y cárceles mentales. En el segundo, la persona vive y piensa en unas coordenadas de perpetuo crecimiento, donde todo está abierto y lo que importa es crecer, superarse y avanzar, tanto en los objetivos sociales como personales, de forma ininterrumpida.
Este planteamiento ya fue tratado muchos años antes por el Club de Roma, cuando hablaba del aprendizaje innovador y el aprendizaje por shock o de mantenimiento.
La idea del crecimiento sin fin estaría, en el contexto de nuestro blog, enmarcado en la realidad abierta del ser humano, parte del entorno, sin límites estancos y en perpetuo fluir. Todo en la naturaleza está en un flujo continuo y, desde luego, no somos una excepción.
Así, nos hallamos siempre inmersos en un proceso constante de cambio y crecimiento personal y, a la vez, debemos estar comprometidos con ello. Cada día comporta nuevos retos y nuestros objetivos no deben ser algo definitivo, sino un amor incondicional al camino y al proceso, una aceptación de nuestra falibilidad como una guía para la mejora y una perspectiva inmensa de crecimiento a través de la reprogramación de nuestro subconsciente y hábitos, nuestros valores y nuestras decisiones conscientes.