miércoles, 30 de septiembre de 2020

Aceptación y fatalismo.


El gran final de la TREC es la aceptación incondicional de uno mismo, los demás y el mundo. Este gran fin es uno de los puntos fundamentales del zen. Sin ir más lejos en el libro "El zen sin maestros" de Camden Benares, se recogen estas palabras: "Después de la gran aceptación todos los votos suenan a campanillas".




El sentido fatalista de la aceptación, de dejarse llevar, choca frontalmente con la mismísima evolución, el cambio constante de la vida y nuestra propia naturaleza, plasticidad y adaptabilidad. Precisamente aquí hablaríamos más de esplín (como queda poéticamente expresado en la obra de Dead Can Dance "Spleen and Ideal") que de aceptación.




Lejos, pues, del esplín, la aceptación de nuestra naturaleza, nuestro propósito y nuestra adaptabilidad, de los demás y del mundo, nos ayuda a armonizarnos enteramente con el entorno, nosotros mismos e, incluso, nuestra especie.

lunes, 14 de septiembre de 2020

La caja de herramientas.

Como ha quedado patente a lo largo del blog, la reconstrucción del subconsciente precisa no solo de una práctica adecuada, sino también del ejercicio constante y consciente. En un entorno cambiante las soluciones definitivas se antojan rígidas, y es preciso echar mano de diferentes herramientas para adaptarnos al devenir de la vida. Habrá días en los que no haya nada que usar, y otros en los que estaremos afanados con todos los útiles que tengamos.

El caso es que una gran parte de esas herramientas están ya en nosotros: imaginación, emoción, razón, fuerza de voluntad. Aunque necesitemos un marco, una motivación o una estrategia, lo que hacemos es reconducir esas habilidades innatas hacia nuestra adaptabilidad.