domingo, 18 de enero de 2015

En cinco pasos

Resumiendo de manera práctica todo lo expuesto en el blog:

1. Postura: coherencia entre hemisferios a través de unir las manos y cruzar pies, armonía cinestésica mediante una actitud tónico postural equilibrada, relajación y concentración previas, solicitar permiso al subconsciente y formular el propósito hasta sentir la aceptación, integrar esa sensación con unión de manos.

2. Propósitos: en función de qué necesitamos definimos afirmaciones positivas y podemos testar -si lo consideramos necesario- después de las sesiones si el subconsciente los ha aceptado. Conforme se van integrando dichos propósitos vamos descubriendo otros nuevos.

3. Ir paso a paso, trabajando un par de días o tres cada propósito y practicando todos los días una o dos veces.

4. Reforzar lo que hemos hecho usando de vez en cuando propósitos de refuerzo como "todo lo conseguido se afianza en mí cada día más".

5. El tiempo corre a nuestro favor, esto es, una vez integrado el propósito con el paso del tiempo se va haciendo más fuerte en nosotros.

domingo, 11 de enero de 2015

Aplicaciones del método.

Ya vimos en una anterior entrada la aplicación del método para meditar o, cuanto menos, facilitar la meditación.
Igualmente este método puede transferirse o directamente utilizarse para fines complementarios como:
1. Relajarnos: podemos usar el Relajamiento Diferencial o el Entrenamiento Autógeno en una postura de coherencia kinestésica y, a partir de ahí, solicitar permiso al subconsciente y realizar los pasos correspondientes.
2. Crear anclajes.
3. Trabajo intelectual (comprender, memorizar, transferir...) a través del anclaje o la postura de equilibrio kinestésico durante el estudio/ lectura.

sábado, 3 de enero de 2015

El crecimiento: un camino sin meta.

El ser humano está abierto toda la vida al aprendizaje, a su perfección y construcción, no está hecho y se debe recrear. Ese camino es la vida y realmente es necesario asumir al empezar a trabajar en nosotros mismos que, aunque las mejoras sean progresivas y significativas, siempre estamos creciendo y construyéndonos, y que dicha labor nos mejora en ese flujo natural para toda la vida. Por ello, la estabilidad no debe ser entendida como un estado de madurez permanente, en el que estar toda la vida, sino una consciencia de un avance perfectivo constante, adaptado, en el que todos los obstáculos propios y los sufrimientos generados por nuestra programación han sido superados.