domingo, 31 de mayo de 2015

¿Pionero o prisionero?

Tomar conciencia de cómo nuestro subconsciente opera o por qué opera de la forma en que lo hace, es una labor que exige una concentración y una atención muy intensas. No obstante, es importante darse cuenta de que cuanto más actúa el subconsciente menos atendemos a lo que hace o, dicho de otro modo, cuando realizamos actividades cotidianas de cualquier tipo, o reaccionamos de la forma habitual, el subconsciente es el director de orquesta omnímodo. A la inversa, cuando más novedosa es la situación o cuando reaccionamos de una forma diferente, el subconsciente se halla más limitado y nuestro consciente toma protagonismo.
Por extensión de todo lo anterior,  proponer una respuesta, reacción o valoración novedosas a una situación cotidiana nos va a desvelar parte de los mecanismos subconscientes y, quizás, un esbozo del origen del pensamiento automático que se activaba antes.
El método aquí descrito nos va a facilitar enormemente eso y, además, nos va a presentar un mundo nuevo, en el que las creencias limitantes y dañinas son corregidas por otras que nos facilitan una nueva interacción.

"Cada vez que estés tentado de reaccionar de la misma vieja forma, pregúntate si quieres ser un prisionero del pasado o un pionero del futuro" (Deepak Chopra).

domingo, 10 de mayo de 2015

El peso de la conciencia.

Decía Marco T. Cicerón: "Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo", y es así como debería ser para todos.
A lo largo del camino que lleva este blog recorrido (casi dos años) hemos estado viendo cómo se genera esa conciencia, cómo se arma la arquitectura subconsciente, que tan responsable es de lo que vemos, lo que vivimos y cómo lo hacemos. Pero, igualmente hemos visto que lo consciente nos da un margen de acción en el que tomamos nuestras decisiones, y cómo también con nuestro cuerpo en su totalidad es cómo vivimos y sentimos la vida.
Nada más fácil que psicopatizar a una sociedad, hacernos inmunes a escucharnos, vallar el insight (del que se hablará más adelante) y de, en definitiva, convertir al grupo humano, esa unión natural y comunión de seres entre sí, consigo y con el entorno, en una masa. Y es que el miedo, el embrutecimiento, el aislamiento, el consumismo y la cosificación (propia y ajena) hacen de la comunidad una masa manipulable. Llegamos así a la triste situación de que vivimos para las expectativas de los otros, por no haber podido encontrar las propias.
El método expuesto en este blog, y otros tantos,nos armonizan con nosotros mismos, nos ayudan a ser conscientes de qué barreras hay que quitar para vivir mejor y son útiles para escuchar nuestra propia conciencia, lo cual, por ende, es un quehacer para toda la vida; de forma individual, pero con un sentido colectivo.