sábado, 6 de febrero de 2021

Echar el ancla.

En el transcurso de la vida es necesario tener donde echar el ancla tanto como un faro, un destino o un origen. No es posible parar y tener un referente si no encontramos tierra. Y ello nos lo da, por encima de todo, el sentido de nuestra vida en el conjunto del Universo. Teniendo la raíz de que somos Cosmos y que nuestra identidad más íntima nos acompaña, cuanto menos, del nacimiento hasta la muerte, descartamos la autoestima como una trampa, ya que se basa en unos estándares externos y no en la realidad de lo que somos. De hecho Albert Ellis hablaba en estos términos de la autoestima y proponía sustituirla por una aceptación incondicional de nosotros mismos, de los demás y de aquello que no podemos cambiar del mundo. Y esa aceptación precisa de un sentido holístico que nos sostenga en nuestro devenir.








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