domingo, 30 de marzo de 2014

Qui no est mecum.

Qui no est mecum contra me est. Quien no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Estas palabras del Nuevo Testamento (Mt, 12:30), radicales en apariencia, entroncan con el mensaje de Cristo allí expresado. En el contexto del blog, podemos emplearla para las disyuntivas que nos plantea nuestro compromismo con nuestro cambio personal. En efecto, andar un camino que implique un cambio de base de nuestras creencias y percepción del mundo y nosotros mismos, nos abre la posibilidad de una mayor facilidad en nuestra implicación total, coherente y efectiva con nosotros mismos y los demás. De esta forma nos habilitamos para afrontar el reto de vivir como creemos y no como nos dijeron que había que hacerlo. Este cambio efectivo de nuestro punto de vista -como vimos anteriormente- implica una nueva interacción con el mundo.
Por extensión, si el mundo es disonante tenemos dos posibilidades básicas: ser mundo o hacer mejor el mundo. La capacidad para reprogramarnos nos facilitará el compromiso más sencillo, real, coherente y efectivo con nuestros valores y, por tanto, mejorar nuestro entorno.

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