A la hora de formular nuestras afirmaciones existen ciertas posibilidades. Una de ellas consiste en definir y formular la sensación o la conducta vinculada al propósito en sí. Así, por ejemplo, podemos decir: "me siento x, y(propósito)" o "hago/ocurre/sucede x, y (propósito)".
Esta forma puede ayudar no solo a integrar una nueva creencia, sino además a desbrozar parte de la maraña emocional en la que nos hallamos atrapados, no solo por cambiar la creencia, sino también por orientar un comportamiento. De esta forma se revela aquello que estaba oculto y se aceptaba como verdad e incluso puede iniciarse una senda aún más profunda.