Reformular nuestras afirmaciones es un método antiguo para hacernos responsables de nuestra propia vida. Este simple hecho nos coloca frente a un espejo en el que está aquel que puede salvarnos.
Por tanto, cambiar afirmaciones en las que somos el complemento directo o el sujeto paciente por aquellas en las que somos el sujeto, nos va a dar la oportunidad de encontrarnos en una crisis que, como hemos visto a lo largo del blog, nos brinda la oportunidad de crecer.
Por ello, cambiar "Esto me amarga la vida" por "Me amargo la vida por esto", "Estoy nervioso por tal cosa", por "Yo me estoy poniendo nervioso por tal cosa" o "Estas personas me hacen este mal" por "Pienso que estas personas me hacen este mal", nos va a enfrentar con el creador de nuestros sentimientos, nosotros mismos, con toda la complejidad que ello significa y que ha ido e irá desgranándose en el blog.
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