Nos ha pasado a todos. Enfrentamos un problema que parece agrandarse a medio plazo y achicarse conforme se aproxima. Es decir, nuestras expectativas sobre el problema se ven limitadas, conforme avanza el tiempo, y transitamos desde la negación hasta la aceptación. En ese momento las expectativas dejan de influir y sentimos alivio y ligereza a la hora de encarar la situación.
La génesis de esas expectativas van condicionadas, como hemos estado viendo, por la programación subconsciente fundamentalmente. Conocerlas es el primer paso, no solo para darnos cuenta, sino para reprogramarnos y decidir conscientemente también.
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