Una vez preparado, nuestro subconsciente tenderá a generar hábitos nuevos, pero es un proceso que, en algunos casos, lleva su tiempo. En ese proceso aparecerán pensamientos automáticos concomitantes que nos dan la oportunidad de trabajar la meditación de cada momento.
El trabajo que podemos realizar con los pensamientos automáticos puede ser variado: sustituirlos por propósitos trabajados cuando reformulamos los subconscientes, tomar simplemente conciencia de ellos, dejarlos pasar, contar unos pocos segundos sin tenerlos en mente, entre otros.
La idea es que estos ataques son la oportunidad de trabajar la meditación de cada momento y vislumbrar la serenidad de conducir nuestra mente en general, en vez de ser zarandeados por ella.
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