- Técnicas de saciación: la saciación, tanto en su perspectiva conductista como cognitiva, consiste básicamente en repetir una conducta disruptiva, lesiva, maniática o dañina lo suficiente como para que ya no signifique nada para nosotros. El método nos puede ayudar a recrear dicha conducta o a reforzar la técnica a través de los propósitos.
- Desensibilización sistemática: se trataría de recrear situaciones a las que tenemos fobias para, de un modo progresivo, ir desmontándolas. Trabajando con propósitos crecientes podremos ayudar a dicha técnica.
- Implosión: este método consiste en enfrentar a una persona de un modo real y físico a aquello que le provoca fobia. Trabajar con propósitos en el método puede ser más que suficiente, y al aplicar esta técnica va a resultar de gran ayuda.
- Entrenamiento autógeno: ya quedó explicado de forma somera, pero completa, este gran método de relajación, introspección, meditación y modificación del subconsciente. A través de solicitar permiso y coordinar propósitos podremos enriquecer esta práctica.
- Visualización: tanto la visualización estándar, relajante, creativa, introspectiva o meditativa, pueden ser mejorada a través de la solicitud de permiso y los propósitos.
domingo, 6 de septiembre de 2015
Aplicaciones del método (II)
El método, en su más íntima expresión, puede servir de complemento, ayuda o refuerzo a un amplio rango de actividades terapéuticas e introspectivas.
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