La aplicación de las nuevas tecnologías al campo de la Neurología nos ha demostrado que visualizar algo activa las mismas áreas cerebrales y el mismo funcionamiento básico que verla. Por extensión, nuestra mente pronosticadora tiene una especie de segunda vida en ella, donde la realidad es un reflejo en un profundo estanque.
Ante ello cabe deducir que el modo en que interactuemos con nuestro entorno puede ayudarnos en la tarea de tratarnos a nosotros mismos. Respeto a la interacción con los demás, esto equivaldría a ayudarnos en la tarea de levantar nuestros propios autoboicoteos.
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