domingo, 31 de agosto de 2014

La curación contextual.

La aplicación de las nuevas tecnologías al campo de la Neurología nos ha demostrado que visualizar algo activa las mismas áreas cerebrales y el mismo funcionamiento básico que verla. Por extensión, nuestra mente pronosticadora tiene una especie de segunda vida en ella, donde la realidad es un reflejo en un profundo estanque.
Ante ello cabe deducir que el modo en que interactuemos con nuestro entorno puede ayudarnos en la tarea de tratarnos a nosotros mismos. Respeto a la interacción con los demás, esto equivaldría a ayudarnos en la tarea de levantar nuestros propios autoboicoteos.

domingo, 24 de agosto de 2014

La mente preparada.

Reza un dicho zen que el maestro aparece cuando el discípulo está preparado. Ello equivaldría a la diferencia entre el optimista y el pesimista, pues más allá de consideraciones filosóficas, la valoración de un hecho es lo que el mismo es para nosotros, lo que nos hace sufrir, esperanzarnos, alterarnos o relajarnos e interactuar con el entorno. En este sentido la expectativa de un hecho condiciona la percepción de la realidad pues, aunque esta sucede y queda registrada en nuestra mente, la explicación y categorización de la misma condiciona ese pequeño porcentaje de nuestra mente que es nuestro consciente y, en concreto, la atención, de tal forma que somos capaces de encontrar caminos u obstáculos, oportunidades o dificultades.

domingo, 17 de agosto de 2014

Etiquetas.

Cuando enfrentamos la tarea de reescribir aquellas aseveraciones que nos hacen sufrir nos encontramos, con cierta frecuencia, con aspectos de índole físico (molestias, alteraciones...) que son catalogadas de manera negativa por nuestra programación. Podríamos decir que se produce un efecto inverso a las somatizaciones, pues la molestia física conllevaría un sufrimiento emocional desproporcionado. Ante esto nos hallamos con las etiquetas que subconscientemente ponemos a dichas alteraciones físicas que, sin implicar dolor o incapacitación, son valoradas de forma exagerada. Volver a etiquetar nos ayudará no solo a sobrellevar dichas molestias, si no a tener mejor actitud para su curación, aumentar nuestra resiliencia y a sanar -por extensión- aspectos destructivos de nuestra programación subconsciente.

domingo, 10 de agosto de 2014

"Te quiero por cómo me imagino que eres"

Nuevamente recurro a un cartel publicado en la página www.desmotivaciones.es para introducir un nuevo paso en el blog.



Los enamoramientos nos enfrentan a dos abismos de felicidad: el descubrimiento, encuentro y dicha en el otro y el descubrir, reconocer y contemplar en nosotros sentimientos de gran profundidad, que -en muchos casos- cambian nuestra vida.
Es en el segundo de los abismos en el que quisiera asomarme en esta entrada. Parte del enamoramiento, particularmente al comienzo, es recrear dentro de nosotros a esa persona, a partir del obvio descubrimiento de la misma. Es reconocer esos sentimientos un hecho de gran importancia, porque -como indica el célebre monje budista zen Thich Hanh Nanh en su libro "La Esencia del Amor"- es ver algo de nosotros mismos, una belleza que está en nuestro interior. Contemplar esos profundos sentimientos, con su belleza y nobleza, nos ayudan a valorarnos y a descubrir algo rotundamente luminoso en nosotros.


lunes, 4 de agosto de 2014

¿Agente o paciente?

A la hora de enfrentar nuestra vida tenemos, de inicio, dos opciones: asumir la responsabilidad de la misma o ponerla en manos de otro. Generalmente esto entronca con la personalidad y el grado de determinismo que ello implica - nunca definitivo-. Pero, siempre hay una alternativa, una oportunidad de tomar las riendas. Si dejamos nuestra mejora en manos de otro es obvio que no avanzaremos, puesto que estamos colgados a él, aun considerando que dicha persona -más allá de una ayuda puntual- busca nuestra autonomía. Si nuestra perspectiva es pasiva, expectante y basada en la inercia, es difícil avanzar. Este problema se agrava aún más si recurrimos de forma irresponsable y dependiente al uso de fármacos.Cuando queremos usar cualquier método fiable que nos lleve a crecer no podemos ponernos en manos de otro más que para dar el primer paso. A partir de ahí debemos comprometernos diariamente con dicho camino hasta llegar a las más altas metas. Podemos echar mano de una rutina, de que alguien de nuestro entorno sepa que estamos comprometidos con ello o incluso -al comienzo- asociarlo a una actividad placentera.