Llegados a este punto podemos esbozar ciertas líneas maestras sobre qué podemos hacer para sanar esos artículos de fe que nos dañan y nos condicionan.
1. El acceso a nuestra mente subconsciente y sus fórmulas debe hacerse de forma no invasiva, esto es, contando con su función defensiva.
2. La mecánica del cambio debe articularse contando con la unidad mente-cuerpo, con actividades y/o posturas que impliquen armonía (no excesiva relajación) y una adecuada atención.
3. Debemos refrendar en un nivel consciente todos los cambios que hagamos. Para ello tenemos los pequeños cambios: hábitos que, por muy insignificantes que parezcan, son como piezas del rompecabezas que hacen mutar las relaciones entre el resto y propiciar un posible cambio a gran escala.
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