Jonathan Heidt menciona de vez en cuando el término "Psicología Pop" para referirse a ese batiburrillo de autores que proponen que el sufrimiento, en particular la ansiedad/depresión, es una elección del individuo, puesto que simplemente cambiando la valoración de un evento, externo o interno, cambian nuestros sentimientos y estados emocionales. La simplificación de ese modelo es evidente, puesto que ignora los mecanismos automáticos de nuestra mente, la intensidad de las experiencias, los hábitos, el contexto o la genética. Evidentemente, la clave es hacernos cargo de nosotros mismos, pero el modelo raya en lo ridículo.
En ese sentido, y como queda expuesto a lo largo del blog, muchos de nuestros sufrimientos están anclados en nosotros y actúan de forma automática según ciertos patrones. Reprogramarlos usando el lenguaje propio del subconsciente, detectarlos y tratarlos es un conjunto de medidas razonables, siempre en el lado opuesto de la culpabilización ladina arriba mencionada.
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