La reprogramación subconsciente precisa que las nuevas formulaciones se afirmen a través de la acción y la interacción, generando nuevos circuitos de pensamiento y hábitos racionales y emocionales. Ello conlleva tiempo, esto es, una vez aceptada la nueva creencia, esta precisa integrarse en la mente habitual (ganglios basales) y en nuestra redefinición del entorno.
Ese vacío es a lo que más aversión tiene nuestra mente porque ella es, a fin de cuentas, una herramienta adaptativa que necesita configurar, como se indica en la PNL, un mapa del mundo sin el cual nos sería imposible caminar.
Aquí, en ese vacío, entra nuestra voluntad consciente y nuestra toma de conciencia diaria. Efectivamente, se trata de un plan de acción y un awareness frecuente que un día se revelarán innecesarios al alcanzar la integración definitiva.
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