Cuando enfocamos la reestructuración de nuestras creencias de una forma únicamente consciente nos encontramos con un obstáculo casi insalvable: nuestro subconsciente es abrumadoramente más fuerte que nuestro consciente y rige la inmensa mayoría de nuestra actividad mental. Por tanto, y como vimos en la entrada “El hardware del subconsciente” , toda la maquinaria del cerebro primitivo actúa con tremenda fuerza y rapidez. Por tanto, cuando nos decimos algo racional, constructivo y adaptativo no podemos combatir el oleaje de la emoción, particularmente si se trata de algo tan primordial y defensivo como el miedo.
Se suele denominar a esto una cognición fría, mientras que a lo que nos decimos sintiendo (en el ejemplo anterior miedo) es una cognición caliente.
Reconstruir las creencias desadaptativas y autodestructivas exige reconstruir el subconsciente y decirnos todo lo constructivo del mundo con sentimiento y sensación, en caliente.
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