A lo largo del blog ha quedado expuesto que el cambio en la
programación subconsciente es fundamental, pero que debe ser combinado con el
trabajo consciente y la integración del propio cuerpo en el
proceso.
El gran obstáculo que nos encontramos en nuestra propia
mejora es muchas veces el hábito. No solo por lo que estamos acostumbrados a
hacer sin pensar, sino por las rutinas de pensamientos automáticos que,
como hemos visto anteriormente, muchas veces están vinculadas a un contexto. En
este sentido es muy positivo cambiar de rutinas. No se trataría, obviamente, de
cambiarlas todas, pero si de reformar o crear/eliminar. Un buen punto de referencia
son las rutinas matutinas o nocturnas. Reformarlas o bien introducir una nueva
que funcione, siempre en consonancia con nuestro proceso de cambio, puede ser una
buena ayuda para romper el encantamiento de las costumbres.
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