Muchas veces preferimos aferrarnos a nuestros odios antes que centrarnos en nuestros objetivos o valores. El beneficio que ello nos proporciona puede ser subconsciente y se rige por los principios
ya expresados . Incluso avanzando podemos seguir experimentando apego a los odios, pero es inevitable una desvinculación natural de ellos al reparar las afirmaciones, creencias y programación que nos hace indispensable seguir encadenados a estos rencores.
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