Es comúnmente conocido el dicho
de que la diferencia entre un hombre normal y un valiente es sólo aguantar un
segundo más. En un proceso de cambio, como hemos visto, es necesaria una
determinación consciente que acompañe a la técnica o técnicas a usar para
reprogramar el subconsciente. En efecto, tomar conciencia y dar una dirección
es esencial para vernos, descubrirnos, comprometernos y motivarnos. Enfrentar
sólo un poco más con entereza y determinación esa situación en la que sufrimos
nos proporciona todo ello.
La plasticidad del ser humano es
innegable. Hay un refrán que viene muy oportunamente al caso: “que Dios no nos
mande todo lo que podemos aguantar”. Ese segundo de más abre muchas puertas
dentro de nosotros.
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