Hoy día muchos gurús de la autoayuda y de la asistencia clínica, incluso, hacen énfasis en ser positivo. La idea básica, grosso modo, consiste en forzarse, pese al
subconsciente, el entorno o el sentido común, a ver que hay algo bueno en casi cualquier situación, que
todo va a salir bien o que vamos a ser capaces de superar los problemas que nos afligen. La lógica nos hace ver, en primer lugar, que tal cosa no es así y que constituye un pensamiento psicopático considerar que solos, con la ayuda de vernos capaces de todo, vamos a superar todos nuestros problemas.
Pero, desde el punto de vista en el que está enfocada la labor de este blog, se obvia un aspecto crucial por parte de estos magos del pensamiento positivo: la programación subconsciente, el enfoque que genera y la retroalimentación de la que provee. Forzarnos contra ella supone condenarnos a un final que sea una lucha sin cuartel extremadamente desigual y que conllevará, en primer lugar, la pérdida del reverso positivo de nuestra personalidad -no su optimización- y, en segundo, una merma considerable en nuestra capacidad de resistir y nuestra resiliencia.
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