Nuestras creencias determinan nuestra visión del mundo y se retroalimentan con nuestros actos. Todo ello se traduce en una actitud ante la vida y nosotros mismos que se revela en una actitud tónico-postural. De esta forma, excluyendo cuestiones patológicas como escoliosis, cifosis, lordosis, etc, el reconocimiento de los lugares donde se producen contracturas o malas posturas en general, puede revelarnos qué pensamientos anidan en nosotros.
Para ello basta con tensar o destensar -al modo del relajamiento diferencial o progresivo de Jacobson-zonas de nuestro cuerpo y notar el alivio que ello produce. Donde notemos más descarga es donde más contraemos los músculos. Al ser capaces, posteriormente, de destensar esa parte recibimos una doble información: la de cuándo la contraemos y la de qué notamos al contraerla y al destensarla.
Todo ello nos va a ofrecer una ayuda a la hora de determinar nuestras creencias y pensamientos automáticos.
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