Un salto de fe.

El trabajo de reprogramación de las creencias se basa en ciertos criterios evidentes: conexión con la realidad y su utilidad adaptativa. El primer criterio no se refiere solo a que sean creencias razonables, sino a que la realidad debe retroalimentar la nueva creencia para que sea consolidada. 

Una vez formulada la nueva creencia y aceptada por el subconsciente hay que enfrentarse al día y, para ello, hace falta dar un pequeño salto de fe. Se trataría de aceptar situaciones en las que la creencia dañina actúa/actuaba con la fe en aquello que hemos integrado.

La ruta del tesoro

La necesidad de trabajar nuestro subconsciente no obvia el trabajo diario y la necesidad de sortear dificultades diarias y, aunque las técnicas de reprogramación son más que suficiente para unos pocos, cada persona es un mundo y hay que encontrar el propio camino. En este sentido es de gran ayuda recordar nuestros logros del pasado. No tanto como una motivación o una vacuna contra la ansiedad que surge ante los obstáculos de la vida, sino como una ruta que nos explica cómo conseguimos vencer ese momento y, por tanto, qué funciona para nosotros y, probablemente, solo para nosotros.