Una antigua técnica del zen nos aconseja esperar unos pocos segundos antes de decidir, actuar o responder a algo. Esta herramienta, antigua e intuitiva, deriva de la conciencia de la ruminación, esto es, separarse del torbellino de pensamientos -abundantemente subconscientes- que nos inundan cotidianamente, y especialmente en momentos de tensión, y que se retroalimentan por sí mismos y por las sensaciones que provocan.
Hoy día esta estrategia se aconseja para la ansiedad, el TOC y otros trastornos, o sencillamente para la ruminación. Incluso se recomienda sustituir o insertar en ese silencio evidencias racionales contrarias a nuestras creencias irracionales, certezas positivas basadas en nuestra historia personal o herramientas visualizadas (Nate Zinsser). En ese contexto pueden introducirse también propósitos usados para reprogramarnos y que aún no se han implementado.
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