La práctica meditativa es de gran ayuda a la hora de dominar los pensamientos recurrentes, aversivos, dolorosos... La mente está entrenada para contemplar dicha actividad mental sin que se produzca apego o enganche y, por ende, dejando que estos pensamientos pasen. En definitiva, nos emancipa.
Para ello no es necesario emplear una gran cantidad de horas meditando y la reestructuración subconsciente interactúa muy positivamente con dicho fin.