Si hay algo tan universal como equivocarse o ser imperfecto es recaer. Las recaídas nos muestran errores, puntuales o de concepto, en el camino que hemos tomado. Albert Ellis, de hecho, aseguraba que los retrocesos puntuales son impepinables. Su explicación se cifra de una manera general y vaga en el funcionamiento de la mente humana, sin entrar en detalles. Hoy día sabemos que la razón radica en el funcionamiento general del subconsciente y su capacidad para elaborar mucho a bajo coste energético. cuando Albert Ellis se plantea solucionar las recaídas lo hace a través de estrategias conscientes, basadas en un esfuerzo volitivo que nos lleva indefectiblemente
a consumir energía de más, lo cual lo hace incómodo e improductivo a la larga.
Cualquier esfuerzo consciente es efectivo si el subconsciente lo respalda. Al principio puede tener éxito, puesto que -como se indica en la PNL- ofrecer un nuevo mapa del mundo siempre seduce y refresca, pero a la larga no llega a ser útil.
Básicamente nos encontramos con una serie de estructuras que funcionan de un modo sistémico. Es importante recalcar que el desenvolvimiento de estas partes del cerebro y su funcionamiento está condicionado por el desarrollo afectivo del individuo.
Diversos estudios muestran, como se ha venido indicando a lo largo del blog, que el subconsciente es el 90 a 97% de nuestra actividad mental, un dato abrumador.
Las estructuras referidas son:
1. Córtex del cíngulo anterior:
Se sitúa entre el córtex y el sistema límbico y se encarga de la emotividad, la afectividad, las relaciones sociales y la autorregulación.
2. Amígdala:
Esta región del sistema límbico se encarga de detectar el peligro y de la alerta.
3. Cuerpo estriado:
Esta parte subcortical se ocupa de funciones más inconscientes, las creencias y las expectativas.
