Según leí no hace mucho existía la leyenda entre la vasta comunidad de jugadores de Minecraft de que, más allá de los límites explorados del juego, se encontraban las tierras lejanas (The Far Lands). La curiosidad movió a alguno de estos miembros a recorrerlas con paciencia. No sé si llegaron a encontrar lo que esperaban, pero he aquí una buena metáfora de lo que es la vida. El desarrollo personal no tiene un objetivo, puesto que la persona no es un algo definido y definitivo. Al ser partes de un todo, nuestra mejora se traduce en un eco en nuestro entorno y en un viaje sin retorno ni fin, y la aceptación de nosotros mismos, que debería ser incondicional, es un amor al proceso, a la identidad propia y radical de nosotros mismos y al propósito de nuestra vida en el todo universal.
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