En el mundo budista es frecuente ver a monjes pasear ritualmente por la calle tocando una campana. La idea es la de brindar un sonido que nos haga conscientes de que nuestros pensamientos nos tienen atrapados en la ilusión y que debemos regresar a la realidad del momento presente.
En nuestro mundo es complicado encontrar esa figura. Pero, en cierta forma, esa campana ya está dentro de nosotros: nuestros propios pensamientos.
Cuando nos damos cuenta de que aparecen pensamientos recurrentes, ideas que nos quieren derrotar y obsesiones, tenemos el tañido de la campana. Ser conscientes de que esos pensamientos son ilusorios ya es regresar al momento presente.
¿Qué podemos hacer?
1. Si practicamos la técnica explicada en el blog o cualquier técnica de reprogramación subconsciente, formular uno de los pensamientos trabajados que vaya a colación del pensamiento automático o recurrente que nos asalta.
2. Utilizar ese momento como una mini-meditación: paramos un solo segundo ese pensamiento y nos sumergimos en el presente, en el momento atemporal.
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