miércoles, 30 de agosto de 2017

La disciplina de nuestras costumbres

En la maravillosa canción "In the Kingdom of the Blind the One-eyed are Kings" ("En el reino de los ciegos el tuerto es rey") del genial dúo Dead Can Dance leemos la frase que da el título de la entrada.


La disciplina que empleemos en determinadas conductas suele derivar en la afirmación de hábitos. Y por hábitos se entienden no solo conductas mensurables, físicas y visibles, sino también pensamientos. Imponernos a nosotros mismos un esfuerzo metódico (no obsesivamente metódico, claro está) por cambiar pensamientos autodestructivos (y, por ende, necesariamente irracionales) por pensamientos constructivos es una labor encomiable que puede cambiar nuestra vida.
Esos pensamientos que queremos reconducir se nutren abrumadoramente del subconsciente. Partiendo de allí, como ya quedó expuesto, necesitamos el hábito. El solo hecho de cambiar nuestra programación subconsciente desata que, cuando la nueva creencia haya sido aceptada, genere - a través del paso del tiempo - un nuevo hábito. Pero, nuestra acción consciente, racional, diaria y disciplinada multiplicará su efecto.
Si, por ejemplo, nos boicoteamos en nuestro tiempo de descanso trabajamos el propósito "merezco descansar" o "merezco ser feliz". Una vez integrado y mientras se genera un nuevo hábito podemos, si sentimos que, por hábito o costumbre, nos autosaboteamos en nuestros momentos de ocio podemos, de forma consciente, afirmarnos el propósito anteriormente trabajado.

viernes, 25 de agosto de 2017

Contabilidad ecuánime

Aun reprogramando las afirmaciones/sensaciones que conforman nuestra personalidad, el hábito es un peso considerable, y en un aspecto en el que se manifiesta abiertamente es cuando hacemos balance de las cosas que aún no hemos conseguido, desde las más rutinarias a las más elevadas, de las más íntimas a las más públicas, que en cuanto a miedos todos tenemos nuestras preferencias. Y, mientras llega el momento de que florezca lo que hemos sembrado con nuestro trabajo, es bueno hacer una contabilidad real de esas preocupaciones y no considerar haber llegado aún a erradicarlas, sino ponderar nuestras buenas acciones y los buenos pasos que hemos dado, felicitarnos por ellos y reconocer nuestro indudable mérito.


martes, 22 de agosto de 2017

La necesidad de cambiar de rutina

A lo largo del blog ha quedado expuesto que el cambio en la programación subconsciente es fundamental, pero que debe ser combinado con el trabajo consciente y la integración del propio cuerpo en el proceso.

El gran obstáculo que nos encontramos en nuestra propia mejora es muchas veces el hábito. No solo por lo que estamos acostumbrados a hacer sin pensar, sino por las rutinas de pensamientos automáticos que, como hemos visto anteriormente, muchas veces están vinculadas a un contexto. En este sentido es muy positivo cambiar de rutinas. No se trataría, obviamente, de cambiarlas todas, pero si de reformar o crear/eliminar. Un buen punto de referencia son las rutinas matutinas o nocturnas. Reformarlas o bien introducir una nueva que funcione, siempre en consonancia con nuestro proceso de cambio, puede ser una buena ayuda para romper el encantamiento de las costumbres.