"¿Y ahora qué?"
En su parábola de la balsa y el río Buda dijo que si un hombre quiere cruzar un río y no tiene con qué, cortará árboles y armará una balsa, pero una vez llegado a la otra orilla no cargaría con ella por el simple beneficio que le proporcionó o cualquier eventualidad posterior.
El método que tienes aquí expuesto te llevará algún día a plantearte la pregunta del inicio. Una vez no encuentres más propósitos, te encuentres cómodo y seas resiliente, hayas hecho suficiente refuerzo o simplemente algo en ti diga que el gran objetivo ya está, será el momento de dejar la balsa. No quiere ello decir que surja alguna vez la necesidad de restaurarla y echarse a las aguas, sino que es el momento de algo nuevo, diferente, o un siguiente paso. Los anclajes pueden ser una manera interesante de continuar, por su intensidad, brevedad y armonía, o quizás meditar. Lo más importante es que la introspección y el trabajo constante de meses o años nos abre la puerta de encontrar qué es lo que más nos conviene.
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