domingo, 22 de diciembre de 2024

Añorar la persona que fuiste.

La nostalgia de los momentos de dicha se nutre del ejercicio consciente de recordar, lo cual implica cierto nivel de recreación. Lo más evidente es filtrar los inconvenientes de aquel entonces y maximizar su belleza real, que sí que existió, ya que esas memorias quedaron. 

Obviando la tristeza que produce la ausencia, también añoramos la persona que fuimos. Pero este ejercicio de la mente nos trae la posibilidad de desbrozar las características que teníamos y que, en buena medida, son parte real de nosotros mismos, y nos orientan en tiempos de incertidumbre y crecimiento.